by Nightnolfer on Nov.22, 2009, under
Noel Torrado,
Ocaña,
Vampiros
Corría desesperadamente en medio de los arboles, solo podía ver como unos pocos rayos de luz entraban en medio de el frondoso bosque, claro que salir a la luz de la luna significaba la misma muerte, me detuve y refugie detrás de una gran roca, sabia que en cualquier momento llegarían pero ya mis fuerzas eran inútiles, mi corazón se quería salir del cuerpo, lo único que podía hacer era respirar fuertemente para evitar la asfixia, mientras miraba a lo alto para saber el momento de su llegada y resignarme a lo peor… las hojas de los arboles se desprendían gracias a una brisa suave, por mi mente no pasaba nada, trataba de imaginar algo para escapar de ese lugar pero el espeso bosque no perdonaría mi hazaña… -con que allí estabas, que pensaste que escaparías de mi-, me quede viendo aquel ser, su belleza era inigualable sus facciones perfectas, sus ojos intimidaban a cualquier ser viviente, su larga cabellera caía en sus hombros y cubría parte de su cara, era fuerte eso se veía claramente, fuerte en medio de su especie, mientras lo miraba esperando mi muerte puede ver como detrás del aterrizaba una banda de quirópteros, eran muchos cien por lo menos, el se gira y produce un ruido agudo y con gran potencia que demostraba su inconformidad con el arribo de su clan… -largo… no tienen nada que hacer en este lugar- todos saltan y emprenden vuelo y en medio del revoleteo camina una bella vampiresa lo hacia de forma sensual su despampanante cuerpo y su hermosa sonrisa deslumbraba mi mente, ya no podía pensar ni en la muerte y menos en la vida… ella reía suavemente y acercándose tomo por el hombro al vampiro de cabello largo, -hemos compartido casi todo, porque no compartimos este jugoso banquete de hematíes, plaquetas, leucocitos… el vampiro de cabellera larga la mira y le da su aprobación, yo estaba petrificado, me miran y se abalanzan sobre mi mordiendo mi cuello succionando toda mi vida, no sentí dolor solo un éxtasis similar al de cien orgasmos no podía quejarme era una dulce muerte después de todo, solo pude gemir en mi mente mientras mi pálido cuerpo caía inerte al suelo, y los dos seres alados se ponían de pie, algunas gotas de sangre deslizaban por sus colmillos hasta sus labios blancos, -es una pena que ese cuerpo desaparezca en esta pútrida tierra- dijo ella, -tranquila hermana, el es uno de los nuestros-, no entendía nada, yo estaba muerto, no me podía explicar como los escuchaba hablar?, abrí los ojos y vi como el vampiro de cabello largo me tendía su mano, -bienvenido a nuestra ágora de sombras, hermano!-
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10 de mayo de 2010, 10:02
Fiuu me sorprendes mi amigo
me encantan las fotos